¿Quién es responsable de tu derrota?
Hay circunstancias que pueden hacerte pensar que estás derrotado o destruido.
Te sientes desanimado, rechazado, una persona te hirió, tus finanzas no prosperan o tu salud se ha complicado, pero te pregunto: Si un boxeador se cae en medio de su pelea, ¿estará vencido?
Claro que no. ¡Y tú tampoco estarás vencido!
Porque no es tu final…
Entonces, por estas cosas, eres más que vencedor, por medio de Dios que te ama.
Puede que tu situación te haya debilitado como al boxeador, y podrás haber caído al suelo derribado, pero no estás destruido.
El apóstol Pablo dijo que podrás estar atribulado pero no abatido. Perplejo, pero no desesperado. Perseguido, pero no abandonado. Derribado, pero no destruido.
Dios te ha hecho a su imagen, y eres hijo del gran “Yo soy”.
Así que cuando la dificultad trate de derribarte, levántate y declara con la autoridad que Dios te ha dado para decir ¡yo soy un vencedor!
Migdalia Rivera.