Puedes rendirte (Parte 1)

Y si te digo que tienes que rendirte, quizás dirás: “¿Rendirme yo? ¡Jamás!”.

Y sí, tenemos que ser fuertes y valientes, pero no con la fuerza que conoces comúnmente…

Muchas veces pensamos que rendirse es estar derrotado, o que es fracasar, sin embargo, en Dios, rendirte es ganancia.

Jesús se entregó en obediencia por amor a ti para ganar y vencer y darte vida en abundancia y victoria sobre toda situación.

Puedes rendirte, claro que sí, pero no rendirte para dejar de luchar. Es luchar, pero correctamente, reconociendo a Dios. 

Rinde a Dios tu voluntad, tus miedos, tus finanzas, tu familia, y estarás activando unas fuerzas que ya están en ti. 

Mientras más grande sea tu nivel de entrega, mayor será tu fuerza para vencer.

Migdalia Rivera.