¿Cómo obedecer a la voz de Dios?

Desde que naces, el acto de obedecer lo realizas día a día. Tienes que obedecer a tus padres, a tus maestros, a las autoridades, y las leyes establecidas.

Cuando escuchas la palabra “obediencia”, en lugar de relacionarlo con bendición, puedes relacionarlo con malas consecuencias que obtienes cuando no obedeces.

Puedes hasta sentir que te están privando de libertades y privilegios. Sientes que le estás dando control de tu vida a otros, cuando realmente no es así. 

Obedecer significa sacrificar lo que nos agrada para poder agradar a Dios. 

Obedecemos cuando estamos dispuestos a sacrificar los intereses propios y cualquier deseo que se oponga a los planes y propósitos de Dios.

En la Biblia podemos ver cómo Dios le habla a Noé, dándole instrucciones exactas de la tarea especial que le había asignado. Por supuesto, para Noé fue algo imprevisto. Porque nunca pensó que un día tendría que comenzar a crear un arca para salvar a la humanidad. 

De hecho, estoy casi segura de que, en algún momento, se sintió incapaz de hacerlo. Sin embargo, Noé nunca se quejó, nunca huyó de lo desconocido, sino que oyó la voz de Dios.

Vivir en obediencia no es tarea fácil, pero trae consigo bendiciones sobrenaturales.

Y puede que Dios te haya dado una tarea para la cual tengas que desprenderte de muchas cosas para cumplir la voluntad de Dios. Quizás piensas que es injusto que eso que tanto querías, tengas que dejarlo a un lado para obedecer lo que Dios te ha pedido.

Pero te aseguro que el resultado de tu obediencia traerá para ti una lluvia de bendiciones.

Dios mismo se hará cargo de mover los vientos a tu favor, y el resultado final será mayor al que esperabas.

¡ÁNIMO!

Enfréntate a los desconocidos que Dios te ha dicho que hagas. Y tu obediencia a eso será la llave que abrirá la puerta para tu bendición.

Migdalia Rivera.