Existen dos tipos de estrategias cuando se presenta una situación difícil: La núnero 1 es la fácil, que para muchos es rendirse o echarle la culpa a otros o a Satanás, aún sabiendo que él está vencido. Y la número 2, depositar nuestra total confianza en el Todopoderoso y enfrentar la prueba junto a Dios.
Aunque cueste más esfuerzo, reconocen el poder y soberanía de Dios convirtiéndose en vencedores.
Daniel alabó a Dios aún cuando fue echado en el foso de los leones. Por eso, procura que la gracias de Dios te encuentre haciendo lo correcto en medio de tu dificultal.
Aprovecha la oportunidad para tu favor, y no dejes que sea la oportunidad que se aproveche de ti.
No te desesperes si las cosas no van como esperabas… Espera, no te rindas, ¡y sé agradecido con Dios!, porque, sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas le ayudan a bien. Y en todas, ¡serás más que vencedor!