“¿Qué hago si mi esposo piensa que su llamado es más importante que el mío?”

Cuando Jesús vino, estuvo lidiando con esta situación entre los discípulos… Porque los discípulos se pasaban preguntando quién era el mayor.

Lo puedes ver en Mateo 18 o en Lucas 22. Y la respuesta está clara. No se trata de quien es el mayor o de quién es el mas grande. Se trata de que nosotros seamos humildes. Y esos heredarán el Reino de Dios.

Hay una gran parábola en Mateo 20 de este viñador que estaba buscando empleados y gente para darle trabajo.

Unos trabajaron el día entero y otros trabajaron una sola hora. Sin embargo, les pagó igual a todos.

Los que empezaron desde por la mañana se quejaron porque pensaron que debieron recibir mejor paga que el último que llegó a trabajar.

Jesús deja establecido de una vez y por todas que nosotros, para Él, tenemos el mismo valor. 

No se trata de lo que haga uno o lo que haga el otro, no se trata de una competencia, sino de complementarnos.

Así que no entres en pelea de quién tiene el mejor ministerio o quién es el más grande… 

En mi caso yo te podría decir que yo tengo que lidiar con eso todos los días porque soy la pastora de una iglesia.

Yo hago un trabajo, y él tiene su llamado también, y los dos nos complementamos.

Llevamos años trabajando juntos y hemos sabido lidiar con esta situación de quién es el mayor porque está muy claro en la palabra.

Así que yo te digo hoy que hables con tu esposo, porque no se trata de pelear… Es más, sin tener que hablarlo, no entres en discordia, no entres en pelea, porque no se trata de luchar quién tiene el mejor ministerio. 

Yo creo que te puedes complementar con el ministerio de tu esposo y Dios te va a levantar a ti también. 

En la medida en que tú puedas sembrar para el ministerio de tu esposo, Dios va a levantar también tu ministerio porque se trata de trabajar en familia y de trabajar como un solo cuerpo.

Migdalia Rivera.