Tú eres una joya de valor

Tus experiencias difíciles te convierten en una joya preciosa. Sólo que en el camino, necesitas un joyero que comience el proceso de brillar.

Si logras entender el proceso de limpiar y pulir, te convertirás en una joya preciosa.

Lo que hace falta para limpiar, es la sangre de Cristo, y para pulir, la palabra de Dios. 

No quieras evadir el proceso, porque no es de valientes.

Evadir es evidenciar que no entiendes nada.

Evadir situaciones para ser limpio y pulido, tiene una intención de robarle una prenda a su dueño, cuando el único que vino a robar, es tu enemigo. 

Permítete vivir los procesos de pulido con alegría.

Alguien ya pagó el precio de tu joya. Y en menos de lo que pienses, llegarás a sus manos como la prenda pulida y preciosa que Él había pagado.

Migdalia Rivera.