¡No es cuando la suerte te toque!

He platicado con muchas personas acerca de sueños o aspiraciones, y he observado como la mayoría de ellas van por la vida diciendo:

“Voy a comenzar cuando tenga tiempo…”
“Lo que me falta es dinero…”

También dicen:

“Cuando la suerte me toque…”
“Cuando me anime…”

Y es comprensible, porque quizás todos ellos piensan que no tienen los recursos ni las herramientas necesarias para ver sus sueños hechos realidad. Pero, a través de la Palabra del Señor, podemos ver cómo en muchas ocasiones Dios hace cosas grandes con objetos que para el ojo del hombre eran pequeños, simples o sin valor.

Por ejemplo, la vara de Moisés, que abrió el mar para salvar a un pueblo entero. La onda de David, que derrumbó a un gigante que los atormentaba. El mismo Jesús, quien utilizó los cinco panes y dos peces de un niñito para alimentar a una multitud hambrienta.

¿Y recuerdas a los cuervos que alimentaron a Elías? Incluso, Abraham y Sara, que estaban sin la posibilidad de tener hijos, recibieron la bendición de Dios, quien los convirtió en una gran Nación como la arena y como las estrellas.

Ahora, Mateo 25:23 nos habla de la Parábola de las Monedas de Oro, y dice:

Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más.

No es tu apariencia, sino el potencial interior en las Manos de Dios lo que trae grandes resultados. Porque Dios no te pide más de lo que tienes, Él te pide lo que tienes. Te pide lo poco y Él hace lo mucho.

Y Jeremías 29:11 dice:

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, -afirma el señor-. Planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.

Entonces, a tus ojos, cuando ves lo que tienes, seguro pensarás que no es mucho, o es nada. Pero estoy segura de que Dios ha puesto a tu disposición un sin número de recursos y talentos con el propósito de que los uses para que se cumpla la visión que Él ha depositado en ti.

Por ello, te invito a que hagas un inventario de todo lo que tienes. Y sí, ya sé que quizás lo que estás viendo, humanamente es poco, pero aún ese poco, cuando lo pones en la disposición de Dios, se convierte en cosas grandes.

Ya verás como él hará cosas maravillosas contigo. Y te aseguro que cuando lo haga, seguirá abriendo puertas a tu favor, y cada uno de tus sueños, serán un Milagro suyo.

Migdalia Rivera.