La pregunta de hoy proviene de un dicho muy común en Latinoamérica: ¿Un clavo saca a otro clavo? ¿Qué opinas tú?
Pues resulta que hoy decidí hablar al respecto gracias a un mensaje que un día recibí de una de mis seguidoras en redes sociales. Ella me contó que botó a su esposo de su casa hace muchos años… Y el problema comenzó a cobrar fuerza porque ella no quería estar sola. ¡Para nada!
Y peor aún, no deseaba ningún tipo de restauración o de solución para su matrimonio anterior. En otras palabras, ¡buscaba algo nuevo!
Entonces, yo quiero decirte que no debemos pasar a capítulos nuevos en nuestras vidas si no pudimos enfrentar y resolver un capítulo anterior.
Las cosas del Señor son claras, y Él nos enseña que existen las restauraciones y que tenemos que aprender a resolver los problemas para poder alcazar la armonía y la paz que siempre anhelan nuestros corazones.
Al final del día, no sabría decirte si hubo o no restauración. Pero lo que sí puedo decirte, con mucha seguridad, es que tomar la decisión de botar de la casa a tu compañero(a) de vida, es definitivamente un poco fuerte, pues, probablemente pudieron haber habido otras alternativas para no tener que llegar a ese extremo.
Ahora bien, nunca debemos tomar una decisión de forma abrupta, o muy rápida, o de inmediato, si hay dolor en el corazón, si hay rencor y si hay falta de perdón.
Y obviamente, cuando esta dama expresa que no tiene deseos, por ningún motivo, de restaurar su matrimonio, entonces no le está abriendo el espacio al perdón.
Por otro lado, nunca debemos perder la esperanza en el Señor. Y de eso nos habla el Salmo 130:5, que dice:
En su palabra he puesto mi esperanza.
Entonces, debemos poner nuestra esperanza en Dios y no permitir que cualquier causa, por muy difícil que parezca, nos lleve raíces de amargura a nuestros corazones, porque luego comenzamos a quejarnos de que estamos solos, de que no tenemos Fe…
Pues, ¡en Dios tenemos esperanza!
La pregunta es: ¿Se puede restaurar un matrimonio?
¡Claro que se puede restaurar un matrimonio! Pero si lo hacemos a través de Jesucristo.
Si confiamos en Él, si no permitimos que el enojo, el odio y el dolor abarquen nuestros corazones y nuestras mentes, ¡por supuesto que se puede restaurar cualquier matrimonio!
Así que busca de Dios, busca de los líderes que te pueden ayudar, porque seguramente, el hecho ocurrido con la chica que escribió, fue una situación que se pudo haber resuelto.
Recuerda que todo tiene solución a través de Jesucristo, porque Él pagó el precio en la Cruz del calvario, y nosotros tenemos las esperanzas puestas en Él, que es el único que nos puede ayudar…
Migdalia Rivera.